¿CÓMO BAÑAR A MI PERRO?

La hora del baño es uno de los momentos más temidos para algunos perros… y para sus dueños. Para evitar la desesperación de tu amigo peludo, sus rebotes, sus intentos de fugas, sus arañazos, mordiscos y tu estrés debes acostumbrarlo poco a poco a ese momento proporcionándole caricias y palabras agradables.

Tengas un cachorro en casa, un perro joven, un adulto o un perro adoptado, cuando decidas el momento del baño, ármate de paciencia y ve despacio para hacer de esa experiencia un momento agradable. ¡No hay necesidad alguna de forzar al perro ni de ser brusco con él!

Antes de nada, debes tener en cuenta que los perros tienen un PH diferente al nuestro, lo que hace que necesiten menos baños que nosotros. Pero, también es cierto que juegan, se revuelcan por el césped, el barro, basura, heces… Este acto totalmente natural que usan nuestros amigos para enmascarar su propio olor deja en nuestros hogares y peludos, un “aroma” repugnante y no queda otra que bañarlos, sin lugar a dudas.


Salvo por las “emergencias” citadas, se recomienda bañar al perro como máximo cada dos meses (dependiendo del pelaje). Bañarlo más a menudo significa anteponer nuestro deseo de verlo brillante y oliendo a rosas que su salud. Los perros de pelo corto necesitan menos baños que los de pelo largo ya que un simple cepillado puede asegurar un buen pelaje y una piel sana, mientras que los del pelo largo  necesitan mayor cuidado del manto y un baño obligatorio en verano para aliviar el calor.


Preparar el lugar

Ya sea la bañera, el plato de la ducha o un barreño… el lugar del baño debe resultar cómodo para él y debe permitir que puedas manejarlo con facilidad.  Tal vez prefieres bañarlo fuera pero, debes tener en cuenta que aunque los baños exteriores pueden ser menos perjudiciales para tu hogar, los baños dentro suelen ser muy adecuados.

El agua, es preferible que sea tibia. Si lo bañas con manguera y agua fría, intenta conseguir un adaptador para que no caiga el agua en chorro sobre tu amigo.

Debes evitar las vías de escape para que mojado, no se revuelque por el suelo o por el césped. En este caso, todo el trabajo hecho quedará en nada. Por eso es bueno tener un lugar relativamente limpio y seguro para atar a nuestro amigo durante el baño.

Ten a mano todo cuanto vayas a necesitar. Esto implica:

-  Bolitas de algodón
-  Una alfombra de goma antideslizante para la bañera
-  “Chuches” para premiar a tu perro
-  Peine y cepillo
-  Un Recipiente o cubeta que usarás para echar el agua con cuidado por la cabeza de tu amigo.
-  Champú especial para perros. No uses nunca champú para humanos ya que pueden irritar la piel de tu peludo y causarle alergias. Cuando un perro tiene alergias o problemas de piel, el veterinario determinará el tiempo que debe pasar entre baño y baño y el tipo de champú que debes utilizar.
-  Toallas
-  Secador de pelo



Empezar el baño

Antes del aseo, se debe peinar y desenredar bien el pelaje con ayuda de un cepillo adecuado para nuestro amigo. Eliminando así el pelo muerto, retirando el polvo y otros posibles restos de suciedad. (El cepillado debe estar dentro de la rutina habitual)

Pon la alfombrilla de goma para evitar resbalones y llena la bañera con un poquito de agua para que se sienta más cómodo.


Después de mojarlo aplica el champú en su lomo y comienza a frotar para eliminar la suciedad acumulada en su pelo. Luego lava sus patas. Dedica la atención necesaria hasta sacar toda la suciedad.

La cabeza del perro es la parte más delicada para lavar, ya que se encuentran los ojos y los oídos. El contacto del jabón en los ojos puede provocarle irritaciones y si el agua entra de forma descontrolada en los oídos del perro puede causar infecciones. Por eso es adecuado, durante el baño tapar los oídos del perro con algodón (no olvides sacárselo después del baño).

Para enjuagar su cabeza, echa el agua preferiblemente con una cubeta de delante hacia atrás. Y para el resto del cuerpo ayúdate con las manos para ir retirando los residuos de champú en su pelo. Asegúrate bien de que no hay restos de él ya  que podrían causarle irritaciones y alergias más adelante

NOTA> Regálale palabras dulces, cariñosas durante todo el proceso.






El secado

Secarse es la mejor parte del baño. Se sacudirá vigorosamente y esto le quitará la mayor parte del agua. A la mayoría de ellos les encanta sentir una fuerte frotación en su pelaje, por lo que seguramente no tendrás problemas al pasarle la toalla. Mientras lo haces regálale algunos elogios por lo bien que lo ha hecho.

Completa el secado utilizando el secador en un nivel de temperatura siempre bajo. Si usas el cepillo al mismo tiempo acelerarás el secado considerablemente

No todos los perros toleran a la primera el ruido del secador. Por eso es importante acostumbrarlo a él poco a poco. Muéstraselo primero apagado y dale un premio cuando se acerque con curiosidad a olerlo. Después, ponlo en marcha alejado de tu amigo e igual que antes, dale un premio y una caricia si no sale asustado buscando un sitio donde esconderse.

Por último, vete acercando poco a poco hasta que tu perro se sienta cómodo y aprenda a aceptarlo.  Dale premios. Recuerda que todo el ritual del baño y el secado debe ser una experiencia positiva para él.

Todos los secadores de mano tienen un termostato que permite elegir la temperatura. Ponlo a una temperatura media. Ten en cuenta que, puede calentar lo suficiente como para quemar la piel de tu perro y causarle mucho dolor. Para evitar eso, también es recomendable mantenerlo a unos 10 cm de tu perro y en movimiento.



Si logras hacer del baño una experiencia agradable para tu perro, éste aprenderá a apreciar los baños, y tendrá menos problemas en el futuro.



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