ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN EL PERRO
“Cada maestro tiene
su librillo”. Este refrán español se usa para resaltar el hecho de que cada uno
tiene su propia manera de hacer las cosas, de pensar, de actuar, de reflexionar…
En cuanto a la ansiedad por separación en el perro, este refrán va al dedillo
pues, actualmente existe una gran controversia a la hora de utilizar este término
para referirse a los problemas que presentan los perros cuando se quedan solos
en casa. Hay profesionales que consideran que el término “ansiedad por
separación” sólo puede darse si el perro siente un gran apego por uno o
varios miembros de su familia y que para el resto de problemas debería
utilizarse otra terminología. Sin embargo, no estoy de acuerdo. En cada
uno de esos problemas, el perro, se encuentra en un estado de estrés y ansiedad
tan grande que, aunque no todos la gestionen de la misma manera, ni tengan los
mismos síntomas, se dan, únicamente al quedarse solos.
ANSIEDAD POR SEPARACIÓN
Es uno de los principales problemas de comportamiento del
perro. Los perros que muestran ansiedad por separación suelen buscar el
contacto constante con uno o varios miembros de la familia, pueden haber sido
perros abandonados o maltratados, suelen ser muy dependientes, estar muy
sobreprotegidos, se refugian en el regazo de su dueño, lo persiguen excitados
cuando éste se prepara para salir y lo reciben efusivamente cuando vuelve a
casa.
Para entenderlo, debéis comprender que sois las personas más
importantes en la vida de vuestro perro. Que él, está dispuesto, a pasar hasta
el último minuto con vosotros. Por eso, no es descabellado pensar que vuestro
perro sufre de ansiedad y estrés cuando lo dejáis solo. Sean cinco minutos, ocho horas o simplemente lo dejéis encerrado en una habitación...
NOTA > Es frecuente que perros que no pueden estar solos
en casa, en el coche tengan un perfecto comportamiento. La respuesta es
sencilla. Saben que los momentos en el coche son breves y los gestionan bien
porque están habituados.
Síntomas
- Destrucción de
objetos, puertas, paredes…
- Vocalizar (ladridos,
aullidos, gemidos, lloros…)
- Hacer sus
necesidades (orinar Y/o defecar)
- Vómitos
- Salivar en exceso
- Hiperactividad
- Agresividad
- Cualquier forma de
mutilación
Si aparecen alguno de los síntomas anteriores, lo mejor es que acudáis primero a vuestro veterinario habitual para que diagnostique de forma correcta a vuestro perro descartando, en primer lugar, cualquier problema físico. Hay que tener en cuenta que a veces, ciertos
síntomas pueden deberse a otras causas, por ejemplo: Si se orina en casa, puede
ser que hayáis esperado demasiado a sacarlo o porque tenga algún problema en
las vías urinarias, como una cistitis.
La cantidad de tiempo que pueden estar solos los perros sin
que aparezcan los síntomas puede ser variable. En casos graves, aparecen desde
el momento en el que perro se anticipa a la marcha del dueño. En otros casos,
tras un cambio de horario. Por ejemplo: El perro sabe que su dueño llegará a
las seis de la tarde y estar tranquilo hasta ese momento. Pero, si el dueño no
llega a la hora habitual, el perro puede empezar a sentir pánico.
Es importante diferenciar entre el perro que padece al
quedarse solo de aquel que es destructivo cuando juega (un cachorro o un perro
joven) y de aquel que siente temor ante estímulos externos (ruidos de obras,
petardos…) que suceden cuando el propietario se ha ido.
NOTA > Es frecuente que los perros expuestos a estímulos
externos que los atemoricen en situaciones de soledad, manifiesten más tarde,
ansiedad por separación al quedarse
solos a consecuencia de malas experiencias.
La ansiedad por separación también puede aparecer cuando el
perro envejece y hay que tener en cuenta, que en en cierta medida, es normal ya que, un perro anciano, depende mucho más de su propietario y ya no se ve con fuerzas para estar solo.
Antes de acudir al veterinario u otro profesional, es importante saber desde cuando el perro presenta estos
signos de ansiedad, ya que cuanto más tiempo haga, más difícil será su
recuperación. Del mismo modo, es importante saber cuándo se activan los
síntomas (durante las rutinas que llevas a cabo antes de irte, en el momento de irte de casa, después…) y el
tiempo que duran. Para conocer todas estas respuestas, podéis usar una cámara
para dejar reflejada la conducta del perro.
PREVENCIÓN
MEDIDAS RUTINARIAS
Siempre que notéis que el perro está nervioso por cualquier
cosa, (ya sea en la calle o en casa) un ruido, petardos, otro perro… no debéis
calmarle, acariciarle, hablarle dulcemente, cogerle en brazos… porque con esa "protección", lo único que conseguiréis es reforzar esa conducta nerviosa. Si él aprecia que
no te preocupa le sacará hierro al asunto y aprenderá a calmarse.
MEDIDAS A SEGUIR MIENTRAS ESTÁS EN CASA
- Una manera de que vuestro perro sea más independiente es que
sólo reciba atención, caricias, paseos, juego cuando vosotros queráis. Cuando
sea él quien os demande alguna de estas cosas, ignorarlo. Así, al no obtener
siempre lo que quiere y cuando quiere será
menos dependiente de vuestra presencia para tener aquello que necesita.
- Debes enseñarle a descansar en su camita o su colchón
alejado de vosotros ya sea en la misma habitación o en otra diferente, pero no
pegado a vosotros o en el sofá a vuestro lado. Para ello, debéis premiarle con
caricias, palabras bonitas, chuches, un juguete… cada vez que permanezca
tumbado donde hayáis situado su camita. En caso contrario, (si se tumba a
vuestro lado o si os sigue por la casa), debéis ignorarle completamente.
- Aprender a identificar las señales que inician la ansiedad
en vuestro perro cuando preparáis las salidas, por ejemplo, el sonido de las
llaves, ponerse la chaqueta o los zapatos… y después, “enseñárselas” varias
veces al día mientras estáis en casa con él (sin salir de casa). La finalidad
de este ejercicio es que vuestro perro se acostumbre a ellas y no las relacione
con una salida.
- Si tenéis jardín, patio o terraza, dejarlo fuera, al
principio pocos segundos y conforme van pasando los días, aumentar el tiempo.
Dejarlo entrar siempre que haya permanecido tranquilo sin manifestar signos de
ansiedad o estrés. Si no, estimularemos el comportamiento negativo. Podemos
dejarle un juguete o hueso para que esté distraído.
CAMBIAR NUESTRAS RUTINAS A LA HORA DE SALIR Y LLEGAR DE
CASA
- Aunque quieras con locura a tu peludos, debes conseguir que
no esté excesivamente apegado a ti y debes acostumbrarlo a quedarse solo. Para
ello, lo mejor es hacer salidas graduales y cortitas para ir acostumbrándolo
poco a poco. NOTA > Mientras realizas
este ejercicio, no vuelvas nunca si lo oyes gimotear, ladrar o rascar la
puerta. Si lo haces, le estarás dando una atención que busca y cuando sepa que
acudes a sus “llamadas” lo repetirá.
- Cuando vayas a salir, intenta camuflar tus intenciones o cambiar
el orden de rutinas que haces antes de cualquier salida y que alteran al perro
como: desayunar, vestirte, ponerte los zapatos, coger las llaves, cerrar las
puertas de casa… Ten en cuenta que tu perro (animal de costumbres) conoce tu
rutina. Si la cambias, lo descuadrarás al principio pero poco a poco suprimirás
su ansiedad en ese momento. NOTA >
Durante todo el proceso, ignora la conducta de tu perro. Esto significa no
mirarle, hablarle, tocarle… ignorar sus saltos…
- Darle paseos previos para que se canse y relaje
- No te despidas de él con frases como: “Enseguida vuelvo”,
“pórtate bien”, “Adiós mi amor”…
- Proporcionarle juguetes que estimulen su mente. Con ellos,
evitará el aburrimiento y también las conductas indeseadas.
- Al regresar a casa no debemos ser efusivos en nuestro
saludo. Es más, debemos ignorarlo hasta que se haya calmado o saludarlo brevemente
si vemos que al ignorarlo aumenta la ansiedad. Cuando se tranquilice, le llamaremos
y lo saludaremos. NOTA > Si consigues trabajar eficazmente esta rutina, el resultado
te será muy útil cuando lleguen visitas a tu casa.
- No castigar nunca al perro por los destrozos, las micciones
u otras cosas que hayan ocurrido en vuestra ausencia. No es justo.
- Ponerle una música suave para que se sienta acompañado.
NOTA > Enseñar a vuestro
perro a quedarse solo en casa es un proceso lento. Que necesita tiempo y mucha constancia.
Deberéis armaros de paciencia y tolerancia, ignorando sus pasos en falso y
recompensando con caricias y premios cada avance.
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