LA DIARREA EN PERROS
Es una afección muy común que todo perro ha padecido o
padecerá al menos una vez en su vida. Nuestros amigos peludos están constantemente expuestos a enfermedades,
infecciones y virus que hacen estragos en su sistema digestivo provocando así
las molestas diarreas.
El alimento ingerido por el perro tarda unas 10 horas en realizar el proceso de digestión,
permitiendo que en ese tiempo el cuerpo absorba la mayor cantidad de agua
posible (alrededor del 80%) contenida en la comida. La diarrea por otro lado,
es producida precisamente porque el cuerpo no puede absorber correctamente el
agua y los nutrientes y como consecuencia cuando el perro se dispone a defecar,
expulsa las heces líquidas.
Causas que provocan la diarrea en perros
La diarrea puede ser producto de una enfermedad más grave,
por lo que es conveniente identificar la razón lo antes posible.
> Un cambio repentino en la dieta. Modificar de un día a
otro su alimento sin un cambio gradual puede afectar al sistema digestivo. (Ver artículo: la digestión del perro)
> Haber ingerido “objetos” extraños: Basura, alimentos en
mal estado, veneno, detergentes, pasto, chocolate, bolsas de plástico, pelotas
de goma o cualquier otro material tóxico para su organismo.
> Alergias a cierto tipo de comedores, a sustancias, comida
comercial seca o enlatada, e incluso a los muy conocidos “premios” o galletas.
En estos casos, la diarrea suele ir acompañada con reacciones en la piel.
> Parásitos
> Infecciones virales y bacterianas: Generalmente son
“pasas” eventuales pero si observas que persisten las diarreas y la fatiga en
tu peludo es necesario que acudas al veterinario
> Reacción a un medicamento
> Estrés: Un pequeño cambio en su rutina, una mudanza… aunque
no lo creas, un episodio de estrés puede provocar muchos problemas en los
cachorros y los perros adultos.
> Tumores o alteraciones: En algunos casos no tan comunes
los perros suelen desarrollar tumores en el hígado o alteraciones en el
páncreas.
Síntomas de la diarrea en perros
> Heces líquidas y abundantes: Generalmente el perro, comienza
a mostrar ansiedad hasta que logra defecar.
> “Esfuerzo” para defecar, aunque pueda parecer
contradictorio, al perro le resulta difícil expulsar las heces liquidas y eso
le provoca la sensación de tener que empujar
> Contracciones en el tracto intestinal.
> Deshidratación
¿Es necesario ir al veterinario?
Bueno, como ya he indicado antes, la diarrea puede ser un síntoma
de un problema más grave. Por eso,
depende de cada uno.
Cuando alguno de mis perros tiene diarrea sigo unas pautas:
> Le pongo el termómetro para comprobar que no tiene
fiebre. La temperatura normal de un perro es de 38°C - 39°C, por lo que 39,5°C
o 40°C se considera fiebre.
> Tomo la piel de su cruz y cuello, la levanto y la
suelto. Si la piel vuelve a su estado habitual es que no hay problemas de deshidratación.
En cambio, si está menos elástica y tarda en volver a su lugar, lo llevo inmediatamente
al veterinario.
> Si se encuentra apagado, sin ganas de nada y sin
apetito, lo llevó al veterinario.
> Si defeca sangre, lo llevo al veterinario.
En el caso de que no tenga fiebre, no presente signos de
deshidratación y sus heces, aunque blandas o líquidas, no presenten sangre
alguna, lo trato de la siguiente manera:
> Ayuno 12 horas si es un cachorro o un senior, y 24
horas si tiene entre 2-7 años (de esta manera, su pared intestinal se va
normalizando) con abundante agua o agua de arroz a su disposición, controlando
si bebe o no y si es necesario, suministrándosela yo misma con una jeringa para
reducir el riesgo de deshidratación.
> Tras el ayuno, le doy durante los dos días siguientes alimentos
blandos (pollo, pavo, arroz...) Si después de ese tiempo noto cambios
favorables en sus heces, prodigo con la dieta blanda pero le añado algunas
bolitas de su pienso y prosigo con esa dieta hasta que se empieza a normalizar
sus defecaciones.
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